miércoles, 22 de mayo de 2013

Solo

Entonces llegas a un punto en el cual no te sientes ni feliz, ni triste, te sientes más que solo, te sientes sin ti. Esa desesperación de no saber qué pasa, de no saber el motivo, saber que pasan miles de ideas por tu cabeza y no poder atrapar ninguna, una desesperación de querer escribir, escribirle, escribirte a ti mismo y regresar al mismo problema, al aislamiento emocional. Te sientes seco. Y todo ese pensar se refleja a una persona sentada en la acera, fumando, callada, mirando a todos pasar, a punto de gritar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario